Arte y Figura

Continuamos con Libro “Antonio Bienvenida, El Arte del Toreo”, por José Luis Rodríguez Peral

Manuel Jiménez “Chicuelo”

Del mismo modo que hay un ante y un baile por sevillanas, también en el toreo hay una forma de hacer que va de acuerdo con el ritmo, la gracia y la alegría de vivir que se encuentran en la antigua Hispalis, ciudad cargada de historia y tradiciones.

Podemos decir, además, que de los toreros españoles que han triunfado en México, tres lo han hecho de manera superlativa, cumbre, convirtiéndose en verdaderos ídolos del país, cuando su arte particular ha encontrado toros a la medida exacta de su personalidad.

Estos tres toreros son andaluces, dos sevillanos y un cordobés. Alguien que sorprendió al convertir el drama del toreo en una comedia, en un juego ingenioso de salero y armonía, fue “Chicuelo”, a quien, igual que “Cagancho”, para verlos torear y paladear su arte había que estar de buen humor.

En la línea de toreo inaugurada por Rafael “EL Gallo”, “Chicuelo” vino a aportar algo nuevo, definitivo en la evolución del arte taurino: el toreo en redondo. Mientras que en tiempos de Gaona y el de pecho había que llevarse las manos a la cabeza, “Chicuelo” viene y con evidente desparpajo, con el aire de quien disfruta mucho sus propias bromas, da 12, 15 y también 17 naturales ligados a toros de San Mateo, cuyos nombres: “Dentista”, “Lapicero” y “Duende”, son repetidos interminablemente en las reuniones de aficionados. La chicuelina, tan practicada en épocas posteriores, no es creación suya, sino de un torero bufo, Rafael Dutrús “Llapisera”.

Pero él, con una estatura la mitad que el otro, gira despacio en ambos sentidos, como si estuviera improvisando un lance, no con el fin de dominar al toro, sino sólo para burlarlo con gracejo andaluz.

Vino a México cuatro veces entre losa los 1924 30. Ala retirada de Gaona, fue el quien principalmente no dejó que decayera la afición, perpleja ante el gran vacío.

Torero desde la niñez, hace que los sevillanos, tan dados a exagerar, esta vez acierten completamente al decir: “El arte del toreo vino del cielo, y su mejor intérprete lo fue “Chicuelo”.

Continuará… Olé y hasta la próxima.