Arte y Figura

ARTE

Y

FIGURA

POR “EL NOLO”

Continuamos con Libro “La Tauromaquia en México” por Antonio Navarrete.

Banderillas Cortísimas

A las banderillas cortas, utilizadas por Lino Zamora en las plazas del estado de Zacatecas, surgieron otra aún más pequeñas, que hicieron furor en la plaza de San Luis Potosí, cuando los españoles José López “Cuquito” y Antonio Martínez “Tóbalo” decidieron usarlas. Entonces, el potosino Ignacio Núñez, para no dejarse ganar la pelea, sacó unas que fueron calificadas de cortas non pulus ultra, en un afán de terminar aquella discusión taurina con una evidente victoria, Pero no logró su objetivo. Por el contrario, su gesto solo sirvió para avivar aun más las pasiones, llenar las plazas y exaltar al público.

Valentín Zavala

Durante aproximadamente medio siglo, de 1935 a 1885, el nacionalismo mexicano en materia taurina se encontraba en plena efervescencia.

Los toreros del país, no obstante ejercer un oficio netamente importado durante la conquista, renegaban de lo español y hablaban del estilo mexicano del toreo. Entre sus características contaban la de no poder prescindir del bigote, símbolo de virilidad, mientras los españoles lo suponían incompatible con el traje de luces.

Otro rasgo de la época fue que cada matador nacional de fama, era una especie de patriarca, cacique o monopolizador del espectáculo en una región determinada, generalmente de la de su nacimiento.

Valentín Zavala perteneció por un breve tiempo a la cuadrilla del gran Ponciano. Oriundo de Texcoco, fue gran figura de los estados de México e Hidalgo, logrando grandes llenazos en la plaza de Pachuca.

Salto con dos garrochas

En la historia del toreo encontramos varias suertes con salto: al trascuerno, el de Martincho y el de garrocha. En México, había que dar una replica a los saltadores españoles de garrocha, que realizaban la suerte de manera impecable: Juan Romero, “Saleri”, en la Plaza Coliseo, y Francisco de Diego, en la Plaza Colón.

De modo que salió un torero de la cuadrilla de Ponciano también bigotón, llamado Atenógenes de la Torre, que realizaba el salto con dos garrochas en la Plaza Bucareli, propiedad de su jefe de cuadrilla. Causó gran impresión, naturalmente, y por algún tiempo compitió con los españoles que saltaban usando una garrocha.

Hasta que “Saleri” se convirtió en otra victima de la Fiesta cuando ejecutaba la peligrosa suerte en Puebla.

Continuará… Olé y hasta la próxima.