Café Taurino

CAFÉ TAURINO

Por Max Tavares

C.D. EMILIO AZCÁRRAGA JEAN

PRESIDENTE DE TELEVISA

AV. CHAPULTEPEC 28, DELEGACIÓN

CUAUHTÉMOC

CIUDAD DE MÉXICO

DON EMILIO:

Como acaba PANCHO VILLAMELÓN de ver por t.v. la novillada segunda de reapertura en la Plaza México, celebrada apenas el pasado domingo 21, nos solicita dirigirle estas líneas, para demandarle abrir las señales de su empresa a la fiesta de los toros, ahora de capa caída por la pandemia, la escasez de bravura y el envío de carne para el rastro a varios ruedos en donde se lucha por alentarla.

Lo hacemos con gusto al recordar que su abuelo, don Emilio Azcárra Vidaurreta mucho impulsó la fiesta de toros, al igual que su tata, don Emilio Azcárraga Milmo, cuando domingo a domingo, “por el canal de las estrellas”, don Pepe Alameda y su equipo de trabajo, no sólo daba cuenta de los quehaceres toreros de los espadas mexicanos y extranjeros que actuaban en el coso más grande del mundo, sino también, don José impartía cátedra sobre una fiesta hispano-mexicana de honda raigambre entre dos pueblos que chocaron con sus respectivas culturas, hace ya 500 años.

CONFLICTO

Desafortunadamente, allá por los años 70, un conflicto de intereses entre la empresa patrocinadora de las transmisiones y nuestro paisano, el desaparecido Manolo Martínez, provocó un rompimiento entre ustedes, patrocinadores y coletas, incluyendo subalternos, picadores de toros, etc., que ha prevalecido hasta nuestros días, para mal de la fiesta y nuestra cultura mestiza…

P’os que mala onda, comenta Villamelón, porque acabo de enterarme que han asistido casi 60 mil amantes del rock a un concierto masivo de música interpretada con guitarras que “dan toques”, como señalaba Piporro, don Eulalio González, celebrado el fin de la semana que acaba de terminar, motivado por la presencia grupos extranjeros, capaces de provocar “fugas de la realidad nacional” y con un lleno a reventar, precisamente en el autódromo de los Hermanos Rodríguez.

Tal masividad musical, contrasta con nuestras plazas de toros, que continúan con los tendidos medio vacíos, a pesar de las promociones y ahora la participación de dos grupos televisoras para enviar una señal limitada y manifestar que, afortunadamente, todavía tenemos fiesta de toros, pero sólo para las ciudades de México, Monterrey y Guadalajara.

GRAN TAURINO

¿Vamos bien o nos regresamos?, mi dilecto incomunicador y pincha picateclas del México de la 4t, que busca eliminar de la C.F.E. a los particulares extranjeros y nacionales “vendedores energía” a la propia Comisión, pero en condiciones desventajosas para el país, causándoles daños económicos por miles de millones de pesos, según don Manuel Bartlett, el director general de C.F.E.

Sigue el asunto en discusión, mi estimado Villamelón. Sólo podríamos recordar que allá por los años sesenta, México tuvo un presidente de México taurino y que, adicionalmente, tan verdaderamente patriota, que dejó para los mexicanos en propiedad la luz o energía eléctrica, previniéndonos nos cuidásemos de “las ratas de dos patas”, para decirlo al estilo de Paquita la del Barrio, quien sabe armar las tremolinas en cada presentación suya en los escenarios.

P’os los que cortaron las orejas el pasado domingo, comenta Panchito Villamelón,  fueron: el novillero Héctor Gutiérrez, en la México y el matador Arturo Saldívar, en Guadalajara, resultando ovacionado Arturo Macías, luego de lidiar cinco mulos de La Antigua, que sólo llevaron filetes para las milanesas empanizadas.

Saldívar tuvo la suerte de lidiar un sobrero de Fernando de la Mora, ejemplar que sacó la casta y se dejó torear, según crónicas tapatías.

Como ahora usted no estará para mini-misivas toreras, mejor rematamos, señor Azcárraga, y recordamos que: un México, sin fiesta de toros, no es México y mucho menos sin sus energéticos vitales como la energía eléctrica y el oro negro, siempre en la mente y la ambición de propios y extraños.

Por tanto, sólo nos resta solicitarle acepte un saludo respetuoso y cordial de parte de quien no tiene el gusto de conocerle personalmente y tira el trazo de un firmazo torero: MAX TAVARES.