El gordo Filiberto Sagrero González fallece, en el mes de mayo de 1983 en la ciudad de México y la noticia corrió como reguero de pólvora, lo que causó consternación en el medio deportivo amateur.
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Era una gran pérdida, tanto para el deporte, como para la clase política, pues los eventos deportivos de la CNOP tenían mucho impacto en la sociedad, por ello los políticos aprovechaban para hacerse notar.
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Ese día, en la redacción sonó insistentemente el teléfono, era el buen amigo Javier Cortez, en ese entonces directivo de la liga Hispano, quien nos daba a conocer la triste noticia de la gran pérdida.
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Y de inmediato nos organizamos, para acudir en su “Tekate”, como así llamaba a su camionetita, al aeropuerto Mariano Escobedo, pero llegamos un poco tarde y sin pensarlo, nos retornamos a Monterrey.
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Grata fue la sorpresa, que el féretro que guardaba los restos del gran amigo, iba despacio por la avenida Morones Prieto, ante la mirada de muchos deportistas que jugaban en el río.
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Fue un momento emotivo, cuando algunos deportistas detenían el juego para brindar sonoro aplauso al gran Gordo Sagrero, como un reconocimiento a la entrega en pro del deporte y como impulsor del centro deportivo más grande del mundo.
2022-05-24